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Saima Suluhu, primera mujer presidenta de Tanzania

Saima Suluhu el pasado 12 de enero / Twiiter

Por África Actual

Saima Suluhu (Sultanato de Zanzíbar, 1960) juró el cargo de presidenta de Tanzania el pasado 19 de marzo tras la muerte repentina el pasado 17 de marzo de John Magufuli (61 años), que lideraba el país desde 2015 y conocido por su negacionismo ante de la Covid-19.

Suluhu se convierte en la primera mujer presidenta de la historia de Tanzania . Es junto a la etíope Sahlework Zewde, es la única mujer que ostenta la jefatura de estado de un país de África. Desde que empezara su carrera política en el año 2000 como ministra de Empleo Juvenil, Desarrollo de la Mujer y la Infancia en de la región de Zanzíbar, no ha hecho más que escalar posiciones en su partido (Partido de la Revolución) hasta llegar al más alto cargo. Su nombramiento como presidenta se ha producido siguiendo el proceso constitucional por el que, en caso de fallecimiento del jefe del Estado su cargo para a la Vicepresidencia, cargo que ocupaba Suluhu desde 2015.

https://twitter.com/ReutersLatam/status/1373130400617365504

La muerte de Magufuli

Según las fuentes oficales —las cuales dan poca información—, la muerte del Magufuli se debió a “complicaciones cardíacas”. Magfuli estuvo ausente de la vida pública durante semanas y su muerte inesperada ha levantado sospechas sobre una posible causa de Coronavirus.

El presidente, que desde octubre cumplía con su segundo mandato, era una figura controvertida a escala internacional. Muchos lo acusaban de hacer política dictatorial y oprimir la libertad de prensa; el candidato opositor, Tundu Lisso, denunció públicamente “irregularidades” en las últimas elecciones y días después fue detenido para ser liberado a las pocas horas. El propio Lisso es quien asegura que el líder no murió por complicaciones, sino por el virus. Magufuli y sus declaraciones negacionistas hacia la pandemia le habían dado mala fama internacional. Llegó a asegurar primero que la enfermedad no existía, después, que los casos disminuían “rezando” y tras el contagio de su hijo, celebró que se curaba con “limón”, “jengibre” e “intervención divina”.

Renovación política

La presidenta Suluhu, conocida cariñosamente como Mama Samia, llega creando grandes expectativas de cambio. Se la considera una figura más diplomática que su predecesor; en 2017, tras un intento de asesinato del opositor Lisso (atentado de origen desconocido, aunque se sospecha de agentes federales), ella fue a visitarlo en el hospital como gesto de reconciliador, forjándose, como lo lleva haciendo desde sus inicios, una buena imagen pública. También ha representado a Tanzania a nivel internacional durante años en las reuniones más importantes, como en Naciones Unidas o la Unión Africana. Aún así, poco se sabe de su vida privada de Suluhu; casada con un oficial agrícola, es madre de tres hijos y una hija, Wanu Hafidh Ameir, que ha seguido sus pasos en política y es diputada en la Cámara de Representantes de Zanzíbar.

No obstante, Tanzania tiene importantes tareas de progreso en cuanto aspectos fundamentales como los derechos, la democracia, la educación y la economía, que requieren de un gran esfuerzo por parte de un liderazgo renovador y transparente. Pronto veremos cuáles serán los cambios y qué impacto tendrán en la población. Queda también pendiente el conocer la postura de Suluhu frente a la COVID-19, un factor transcendental en un país auto declarado “libre del virus” en mayo de 2020 y que tan solo ha reportado 509 casos y 21 fallecidos.