El nuevo golpe de Estado perpetrado por militares sobre la República de Mali, pone en relieve la inestabilidad en una de las regiones más vulnerables del mundo y las sanciones internacionales no se han hecho esperar.

Una de las primeros organismos en condenar y sancionar los hechos ha sido la Unión Africana (UA), que anunció suspender al país de todas sus actividades ante el organismo hasta que se reestablezca un orden constitucional normal, según una nota informativa el servicio de radiodifusión alemán, Deutsche Welle (DW).

Tal decisión ha seguido la estela de la Comunidad Económica de los Estados de África occidental (CEDEAO) que en una cumbre extraordinaria decidió suspender a Mali de la institución y pidió el nombramiento inmediato de un nuevo primer ministro civil.

Esta reunión tuvo lugar en la ciudad de Accra, Ghana el pasado 30 de mayo y fue convocada para examinar la situación sociopolítica del país, luego del arresto, detención y luego renuncia del Presidente y Primer Ministro de transición el pasado 26 de mayo. 

En el comunicado oficial, la CEDEAO pidió “la formación de un nuevo gobierno inclusivo para continuar con la agenda de transición” y “reafirmó la necesidad de asegurar el cumplimiento del período de transición de 18 meses y con la fecha del 27 de febrero para unas nuevas elecciones”. 

Francia se suma la presión internacional

Además de las instituciones africanas que han condenado los hechos en Mali, Francia ha decidido suspender las operaciones militares conjuntas tras ocho años de lucha antiyihadista, “en un esfuerzo para presionar a la Junta Militar golpista y restaurar un Gobierno liderado por civiles”, según explica la agencia de noticias France Press (AFP). 

Mediante un comunicado el Ministerio de Defensa galo indicó que Francia, tras informar a sus socios y a las autoridades nacionales, “ha decidido suspender, por precaución y temporalmente las operaciones militares con las fuerzas locales, así como las misiones de asesoramiento nacional que las beneficien”. 

La AFP explica que Francia tiene miles de soldados en Mali como parte de la lucha contra el extremismo islamista en la región Sahel, un territorio donde las fronteras son porosas y la presencia de autoridades es débil, lo que ha permitido a grupos armados consolidad su poder. 

El nuevo gobierno después del golpe de Estado militar

El coronel Assimi Goita (37 años), lideró la sublevación del pasado 24 de mayo y juró oficialmente en el cargo el pasado 7 de junio. Un acto que tuvo lugar en Bamako, la capital de Mali. En su discurso inicial prometió que respetará el período transitorio de 18 meses que había sido decidido en agosto del 2020. (Foto: Twiter / Radio Habana Cuba.)

De esta forma, señala una nota de prensa la DW, las nuevas autoridades intentan dar señales de estabilidad para no perder el apoyo internacional. 

“La nueva situación nos permite poner el proceso de transición en la dirección deseada por el pueblo. Los retos son inmensos, pero las expectativas legítimas del pueblo son también grandes” señaló Goita durante los actos en los que prestó juramento vestido en uniforme de gala ante el Tribunal Supremo. 

Buscando el apoyo internacional, Goita nombró a un civil como primer ministro, detalla una noticia de la Sociedad Suiza de Radiotelevisión. 

El nuevo funcionario es Choguel Kokalla Maiga, un veterano político de 63 años integrante del M5, un movimiento que lideró junto a Goita, la agitación social antes del primer golpe y que derrocó al entonces presidente Ibrahim Bubacar Keita. 

El tribunal constitucional de Malí completó el viernes el ascenso de Goita a pleno poder al nombrarlo presidente de transición, según el portal de noticias Nation Africa. 

Con la junta retrocediendo en su compromiso anterior con los líderes políticos civiles, han surgido dudas sobre sus otras promesas, incluida la promesa de celebrar elecciones a principios de 2022.

La junta dijo esta semana que continuaría respetando ese cronograma, pero agregó que podría estar sujeto a cambios.