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2016: después del caos y de la incertidumbre

Hace apenas dos semanas, nos despedimos del año 2015 con alegría, alivio pero también con expectación. Cuando en Enero de 2015 dimos la bienvenida al año nuevo, nadie  imaginaba lo mal que lo íbamos a pasar. 2015 quedará en la memoria de la Humanidad como un año de caos total, marcado por los atentados terroristas en casi todos los continentes, la crisis económica, los conflictos postelectorales, las reformas constitucionales, la crisis de los refugiados, etc. Lo peor de todo es que el año que acabamos de iniciar parece una gran puerta abierta hacía la incertidumbre total. Caos e incertidumbres que nos obligan a sacar lo mejor de nosotros para encontrar motivos para seguir luchando para un mundo más justo, con menos desigualdades.

El caos de los terrorismos
Los grupos terroristas han sido protagonistas desde el inicio hasta el fin del año 2015. En el continente africano, los grupos terroristas Al-Qaïda en el Maghreb islamico y AQMI y Boko Haran iniciaron las agresiones atacando a civiles sin armas y arrasando pueblos enteros. Los combates de  Nampala en Mali, que enfrentaron a los terroristas de AQMI y los militares malienses apoyados por Francia, provocaron la dimisión del entonces primer ministro maliense, Moussa Mara, sustituido por Modiba Keita.  En Nigeria, Boko Haran se llevó tristemente la medalla de oro con la matanza de Baga causando la muerte de al menos 2000 personas.
Cuando el 7 de enero, tres hombres armados irrumpen en la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo matando a 12 personas e hiriendo a 11, todos los focos mediáticos se pusieron sobre los terroristas islamistas. A partir de entonces, el mundo empezó a acordarse de Nigeria, Mali, Mauritania, Chad, etc.  La lucha contra los yihadistas volvió en el centro de la agenda de la Comunidad internacional. El país de la Unión europea que más daños ha sufrido por parte de los yihadistas, es sin duda Francia. El último atentado yihadista  dejó un total de 153 personas muertas y más de 300 heridos.
En Oriente Próximo, el grupo terrorista Dáesh rivaliza con Al Qaida y trata de imponer un califato basado en Irak y Siria. Sus decapitaciones mediatizadas y sus acciones terroristas han convertido a este grupo en el enemigo número uno de las potencias mundiales.
Si en el continente africano no emergen aun partidos políticos  nuevos, lo que de momento existe es la lucha para derribar las últimas dictaduras
Las Américas no han quedado al margen de los ataques terroristas. Además de las matanzas en medios escolares cuyos autores fueron terroristas locales, Dáesh se atribuyó el último tiroteo de San Bernardino (USA) donde fallecieron 14 personas.
Las consecuencias del caos de los terrorismos son incalculables. El informe sobre Índice Global de Terrorismo es implacable: las muertes por terrorismo incrementaron 80%  en el último año, alcanzando el nivel más alto, según las estadísticas. Al menos 32,658 personas murieron, comparado a 18,111 en el 2013.
Boko Haram y el Estado Islámico, fueron conjuntamente responsables, por 51% del total de muertos en el 2014. 78% de las muertes y 57% de los ataques ocurrieron en tan sólo 5 países: Afganistán, Irak, Nigeria, Paquistán y Siria. Irak continúa siendo el país con mayor impacto por terrorismo con 9,929 muertes, el número más alto registrado para un solo país.
Nigeria experimentó el incremento más alto en actividades terroristas, con 7,512 muertos en 2014, 300% más que en 2013. Y el impacto económico global del terrorismo alcanzó el punto más alto con 52.9 billones de dólares.
La declaración de casi todos los países como libres de Ébola por parte de la Organización Mundial de la Salud puede ser considerada como una luz dentro del caos
Caos político y económico
A nivel político y económico, la actualidad en Europa fue dominada por el auge de los partidos emergentes, calificados de populistas, que arremeten contra las políticas de austeridad promovidas por el FMI y el Banco Mundial y defendida por la todo poderosa Merkel. Los partidos como el Frente Nacionalista en Francia, el Partido por la Independencia del Reino Unido en Gran Bretaña, Podemos y Ciudadanos en España, Coalición de la Izquierda Radical Syriza en Grecia, amenazan con restablecer las fronteras entre los países, salir de la moneda única, el Euro, y frenar la inmigración expulsando de Europa a las personas de origen extranjero.
Esta crisis política viene causada en buena parte por la crisis del euro que fue tan fuerte que generó más pobreza y desigualdades, obligando a muchos jóvenes a buscar refugio en los Estados Unidos, Canada, Australia, América Latina y África. De hecho, según los datos oficiales publicados por Eurostat, en la Unión europea, hay 122 millones de personas con riesgo de pobreza o exclusión social; el 24,4% de la población. España pasó de 11 a 13 millones de españoles en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que equivale al  29% de la población.
Si en el continente africano no emergen aun partidos políticos  nuevos, lo que de momento existe es la lucha para derribar las últimas dictaduras. Al lado de países como Lesoto, Isla Mauricia, Mozambique, Zambia, Nigeria, Costa de Marfil, la República de Guinea, Tanzania,… se encuentran regímenes dictatoriales dispuestos a borrar del mapa sus países con tal de mantenerse en el poder. África central, francófona, es a día de hoy la última zona de resistencia a la alternancia política en el continente. Es en África Central donde se concentran los jefes de estado con más años en el poder en todo el continente africano. Sin una oposición fuerte, estructurada y bien organizada con líderes patrióticos, estos países seguirán siendo paraísos de dictadores los años venideros.
Caos en lo social
Además de las consecuencias inevitables de toda crisis económica, como la pobreza y la marginalización, 2015 se ha caracterizado por el aumento de los refugiados. Unos se han visto forzados a salir de sus países por temores fundados a perder su vida, otros por el miedo de un futuro incierto. Miles de personas en Europa, África y Oriente Medio han tenido que dejar sus casas y familiares para buscar refugio y empleo en otros países.
Pero para el continente africano, la mayor crisis a nivel social ha sido sin duda el Ébola. Una epidemia que causó la muerte de al menos 11 184 personas, creando conflictos entre miembros de la misma familia, comunidades y naciones fronterizas.
La declaración de casi todos los países como libres de Ébola por parte de la Organización Mundial de la Salud puede ser considerada como una luz dentro del caos. En el mismo registro, eventos como la copa de áfrica (17/01-08/02) organizada en Guinea Ecuatorial, los Juegos Africanos (4-9/09) organizados en Brazzaville, la visita del presidente Obama en países africanos, y la recién gira africana del Papa Francisco se pueden contemplar como luces dentro de la oscuridad.
El futuro es incierto, no por ello hay que resignarse
Este año nuevo trae consigo viejos problemas de 2015 sin resolver. Por una parte, el terrorismo y la crisis seguirán copando las portadas de los periódicos a lo largo del año, y por otra, el cambio de gobierno en la administración de los Estados Unidos moverá las líneas en las relaciones internacionales. Todo indica que Hilary Clinton será la candidata de los Demócratas y Donald Trump el de los Republicanos. Pero, el electorado estadounidense es a veces imprevisible; tan imprevisible que nadie puede descartar por completo la elección del agitador Donald Trump a la Casa Blanca.
En el continente africano también se hablarán de elecciones ya que al menos dieciséis países tienen citas electorales. Boko Haran e Isis seguirán siendo las grandes amenazas para el continente y, debido al desplome continuo del crudo, la crisis azotará a muchos africanos, provocará grandes conflictos sociales que podrían ser el detonante de una nueva era con la caída de algunos dictadores.
En América, los países como Brasil, Venezuela, Argentina, Cuba, Colombia,… serán tendencias, debido a los cambios que se están produciendo ahí, las expectativas creadas por el fin del kirchnerismo y posiblemente del chavismo, y la celebración de Rio 2016.
En el mismo registro, eventos como la copa de áfrica organizada en Guinea Ecuatorial, los Juegos Africanos organizados en Brazzaville, la visita del presidente Obama en países africanos, y la recién gira africana del Papa Francisco se pueden contemplar como luces dentro de la oscuridad.
Europa seguirá siendo el continente de la crispación donde la amenaza terrorista yihadista, la crisis económica y la inestabilidad política causada por las grietas de los bipartidismos, serán el pan de cada día.
Como se puede ver, 2016 no tiene pinta de ser un año de grandes esperanzas. Las perspectivas y los pronósticos no auguran cambios positivos para la ciudadanía. Sin embargo, las adversidades y las dificultades hacen que el pueblo sea más fuerte. Los desafíos a los que nos enfrentamos en 2016, por muy duros que sean, nos obligan a no resignarnos, tirando la toalla, al contrario, es una invitación a doblar los esfuerzos para estar a la altura.
Por Bakala Kimani