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Atraer las inversiones directas extranjeras: más allá del enfoque clásico

En una economía globalizada donde la competencia entre los Estados se ha convertido en la regla, atraer a las inversiones directas extranjeras (IDE) para desarrollar el potencial económico se ha convertido en una apuesta mayor para todo Estado. Estas inversiones permiten, ante todo, crear y/o mantener, incluso desarrollar, actividades económicas para obtener valor añadido y asegurar una redistribución de ingresos a través de la creación principalmente de empleo.

 

 

Esta necesidad hace que hoy en día, países desarrollados y en vía de desarrollo compitan con dureza e ingeniosidad para seducir, atraer y mantener las IDE, factor esencial en la puesta en marcha de su estrategia de crecimiento y desarrollo. En este juego, países como Guinea, dotado en recursos naturales, minerales o pesqueros, con necesidades reales de desarrollo, alientan la avidez y el Estado, al mismo tiempo, despliega una estrategia de promoción para atraer el máximo número de inversores en los diferentes sectores de la economía nacional. Las minas, la energía, las infraestructuras, la agricultura, la pesca, la artesanía, el turismo e incluso la hostelería son todos los sectores interesados en esta estrategia de despliegue internacional. Guinea carece de capital, tecnologías y experiencia para desarrollar ese potencial en beneficio de sus poblaciones y territorios, algo que únicamente asociaciones públicas y privadas podrán asegurar con el tiempo. 

 


Islas de Loos, Conakry, Guinea. Foto: Alejandro Dorado Nájera.

Los tiras y aflojas incesantes entre Conakry, la capital, y las ciudades de Europa, América, Asia y África son la perfecta ilustración de está voluntad de movilizar los capitales y la experiencia a nivel internacional con un objetivo preciso: desarrollar el potencial económico del país. Guinea está así, después de varios años, en el centro de varios encuentros económicos para promover el destino y sus ventajas en una economía globalizada y muy competitiva.

 

Hoy en día, a Guinea no le faltan atractivos en ese aspecto, teniendo en cuenta la voluntad afirmada del Estado por encontrar vías y medios para seducir posibles inversores internacionales. La creación de un ministerio encargado de Asociaciones Público-privadas y de una agencia de promoción (APIP), la realización de múltiples planificaciones sectoriales, la implementación de importantes reformas en materia de gestión económica y financiera, la adopción de un nuevo Código de Inversiones y de un nuevo Código Minero o, aún más, la adopción y la puesta en marcha de la Carta de Política Nacional de Descentralización y Desarrollo Local son todos elementos que posicionan favorablemente al país en su búsqueda de las IDE.

 


Alrededores de Conakry, Guinea. Foto: Alejandro Dorado Nájera.

Estos elementos constituyen también ingredientes importantes de una estrategia de desarrollo económico y social que plantean claramente las bases de la deseada evolución del país  durante las próximas décadas. Toda esta información es útil para cualquier inversor, para poder tener referencias sobre la estrategia perseguida, los medios implementados y los factores implicados. Prestando más atención a las tendencias de la economía global con los movimientos de deslocalización pero, además, de relocalización de empresas, los costes de los factores (capital y trabajo) no son los únicos determinantes de la orientación de las IDE. Factores más estructurales condicionan hoy en día esta movilidad, de ahí la necesidad de tener un enfoque más global sobre el mercado. Es, finalmente, la combinación de varios factores lo que permitirá atraer con el tiempo a las IDE hacia aquellos que demuestren una gestión macroeconómica saludable, una inversión consecuente teniendo en cuenta la infraestructura del país, la movilización del Estado en términos de acceso a los servicios públicos (agua, electricidad, educación, sanidad, vivienda o transporte), sin olvidar la proyección del país al extranjero.

 

En cuanto a las infraestructuras, por ejemplo, el reciente acuerdo de Guinea con China, vía la movilización de su sector financiero, es de vital importancia ya que las infraestructuras, con su capacidad real de reducción de costes de inversiones, juegan un papel esencial en la atracción de as IDE. Este acuerdo (20 000 millones de dólares en 20 años) tiene la ventaja de hacer de las infraestructuras del país, un eje principal de la inversión del Estado en las próximas décadas, con un dispositivo financiero claramente establecido. Esto es extremadamente importante ya que  proporciona visibilidad en un ámbito muy particular para el desarrollo económico de Guinea. Las empresas vendrán y se instalarán si los recursos (agua, electricidad, telefonía, transporte, carreteras…) funcionan en un país con servicios públicos accesibles y eficaces capaces de proporcionar, entre otras cosas, una mano de obra cualificada y en condiciones saludables, sin olvidarse de la capacidad de dichos servicios para apaciguar el clima social. El acceso a los servicios públicos de calidad permite mejorar constantemente la productividad del trabajador guineano, reforzando así su capacidad de insertarse en la dinámica económica a través del empresario, del empleo o incluso la comprensión y la adhesión a iniciativas del Estado y de sus asociados. Estos dos elementos (infraestructuras y servicios públicos) aumenta la atracción de territorios a escala nacional, movilizando a los ciudadanos y abriendo enormes perspectivas a la economía. Es evidente que un único Código de Inversiones, por muy atractivo que sea, no puede garantizar las IDE a un país y un Estado guineano que no puede disminuir indefinidamente los impuestos y/o acordar ventajas fiscales a los inversores en relación con sus propios gastos crecientes en un contexto en el que las poblaciones son cada vez más exigentes en cuanto a los servicios prestados. 

 

Islas de Loos, Conakry, Guinea. Foto: Alejandro Dorado Nájera.

Esta es la razón por la cual es importante ampliar la dinámica actual hacia la diversificación, jugando con esta combinación de factores para optimizar las ganancias sobre el mercado de las IDE. Avanzar en esta dirección permite diversificar los sectores, calibrar los proyectos, ampliar los canales de transmisión de las IDE y movilizar el Estado y las poblaciones hacia este objetivo. Un trabajo importante ya está en curso, lo demuestra la lista de aproximadamente 50 proyectos presentados recientemente en París el 16 y el 17 de noviembre de 2017 por el Grupo Consultativo de Guinea junto con, como resultado, más de 20 millones de dólares de compromisos financieros.

 

Más globalmente, en el ámbito de las IDE, no debería existir más que los retornos de experiencias, no los esquemas preestablecidos, que permitan a los Estados, y a Guinea particularmente, forjarse una estrategia en función de sus realidades, recursos y necesidades. Como hemos mencionado anteriormente, en un mercado competitivo, es siempre importante mantener un margen anticipado, disponer de balas de repuesto, de ahí la necesidad de diversificar el enfoque de la búsqueda de las IED, que solo buscan un entorno seguro y un retorno de la inversión.

 

 

Atraer a las IDE sigue siendo un reto para la economía guineana, siendo el potencial es enorme. Se trata de un verdadero problema de desarrollo nacional, ya que los recursos financieros y la experiencia son indispensables en la valorización de un recurso económico. Diversificar la estrategia también requiere la movilización del conjunto de factores públicos y privados nacionales estableciendo un diálogo Estado-sector privado-entes locales y mayor exigencia en términos de gestión pública. Sería interesante que en cada reunión económica donde Guinea se presentase para promover su estrategia de desarrollo, los entes locales fueran movilizados (y representados), ya que las inversiones (IDE y otras) que salgan se harán en espacios locales que estos últimos administran y están a cargo de promover. Esto es importante en una lógica de movilización de todas las fuerzas del país para que los desafíos, el planteamiento y los resultados sean los más apropiados.

 

 

Son también en estas condiciones en las que el planteamiento global previsto y planteado por el Estado será más legítimo y creíble y podrá proporcionar resultados fructíferos en el mercado de las IDE. Actuar, así, permite a cada actor tomar conciencia de los retos de atraer a las IDE para el desarrollo del potencial económico guineano y las perspectivas de desarrollo del país. Ya que el desarrollo es un asunto colectivo y de sinergia de acción en torno a la revelación y desarrollo de recursos compartidos, las IDE no constituyen finalmente más que un factor que puede contribuir a ese objetivo, aunque hoy en día son decisivas para un país como Guinea.

 

Por Boubacar Sidighi Diallo.

Economista, consultor en cooperación internacional y desarrollo.

Traducción Martina Mabale.